Quieres ser Stuart Larkin?

7 09 2009
Being Stuart Larkin
Being Stuart Larkin

Probablemente se estén preguntanto quien carajo es el de la foto o, en definitiva, quién es Stuart Larkin, antes de responder la pregunta del título de la entrada.

Bueno, Stuart es un niño de unos 7 años, aproximadamente; que se ve como lo ven ahi en la foto. Con un aspecto de unos 40 y posiblemente con más de un metro ochenta de altura.
Es una de los mejores personajes cómicos, que, por lo menos yo he visto en años.
Interpretado por Michael McDonald para MadTV Stuart es la sanguinolenta representación de la ruda verdad infantil.
Es, sencillamente lo mejor.
MadTV es una serie de televisión cómica de sketchs que tenemos la suerte de poder disfrutar gracias  I-SAT… como un par de cosas más, para variar.
Algo en tele que sea políticamente incorrecto a parecido nivel? Sólo Stewie, de Family Guy…
MadTV, humor americano noventoso; no es de esas porquerías tipo sitcoms onda Friends del tipo meloso y … triste.200px-StuartMadTV
Una serie verdaderamente recomendable, sobre todo por los momentos en que tenemos el agrado de presenciar las performances de McDonald: un tipo que deja todo frente a la cámara como si en eso se le fuera la vida.
Ese chabon, posta que no tiene vergüenza. Hace lo que se le canta el culo con una profesionalidad y destreza humorística sórdidas. Y ha llegaado – aparte de guionar sus propios sketchs – a guionar para MadTV en general.
Un aplauso para Mike… y aguante EE.UU. cuando EE.UU. hace algo por la patria, verdaderamente.
Extracto




Una de carne dulce, por favor…!

7 09 2009

Casi llegando a Marzo… o ya entrado el mes ya se me había calmado la Sweeneytoddmanía que me había agarrado desde que anunciaron la película y vi los carteles de mi actor favorito por toda la ciudad. Recién ahí pude ir a Lavalle y verla: Miércoles, 22:35 Hs.

Planes poco probables, por lo visto.

Planes poco probables, por lo visto.

Lavalle todavía exhibía algunos transeúntes masticando grasientos choripanes, igual que yo.

Para esperar que empiece la película, me paro frente a un negocio grande, muy grande en el que venden bolsos de viaje, de mandados, de mano, de campamentos, flota-flotas, carritos de supermercado, chalecos antibalas, gorritas, bolsas de dormir y un montón de cosas más. Hay por lo menos cinco morochas adentro. Y yo comiendo el choripán. Me miran con ojos grandes. Yo sigo comiendo. Se rien y en ese momento desvío la mirada y veo, cerca de otra de las puertas del cine un chico. Una versión medio gordita y más urbana de Patrick Wolf del que ya les conté.

Tenía unos zapatos blanquinegros (muy a lo tanguero, comprados en San Telmo por 25 Euros), bermudas negras con botamangas, camisa con volados en la solapa, medio abierta, medias altas. En cuanto lo empecé a mirar curiosamente él me empezo a mirar a mi.

SEPANLO, ESO SIEMPRE ME PASA. A los dos minutos ya estaba junto a mí pidiendome fuego. El acento raro, raro; pensé que era yankee.

No, era de «ijrail» y no sé como pasó todo pero cantó. Se puso a cantar, inmediatamente después de preguntar que película iba a ver. Cantó el himno judío y un montón de canciones tradionales. Me enseñó a decir cosas simbólicas de buena educación y de hecho me hubiera gustado quedarme un rato más con él a ver si me daba su mail (Cuec!). Pero tuve que entrar.

No me arrepentía, no. Pochoclo en mano me dispuse a ver la peli y obviamente lo primero que vino a mis ojos fue la intro.

Esta promo se la re banca...

Esta promo se la re banca...

Como ya sabrán, Tim Burton se destaca por las presentaciones de sus películas… recuérdese la intro de Charlie & the Chocolate Factory con los chocolates cayendo de pequeños paracaídas blancos formando una coreografía sublime ante la privilegiada mirada de la cámara; o la modesta pero bellísima introducción de Edward Scissorhands con las galletitas apareciendo al ritmo de la música en la pantalla (che, que gastronómico que se volvieron estos recuerdos!). Nunca, nunca se priva, Burton de hacer estos derroches de talento (y de guita, obviamente) en las introducciones de los films: éstos siempre son un caso aparte de la historia, aunque muy relacionados, obviamente. El tipo se mata con sincronizaciones coreográficas, colores y una música que por lo general es maravillosa, que lleva usualmente la delantera y unas imagenes cuidadosamente elegidas para deleitar ojos y oídos.

La de Sweeney Todd es una excepcion y quiero poner el acento en la sangre falsa y fea esa que aparece ahi. No me voy a extender demasiado en críticas contra la película porque Burton ya se ha ganado en lugar de enfant terrible en la industria cinematográfica hollywoodense.

Por qué enfant terrible? No porque sus películas sean políticamente incorrectas, ni porque ose bardearla mal en ellas. Nada de eso. Es más, Tim Burton es una de esos directores que, por lo general te hacen ir al cine tranquilo de que por más chillona y alocada que sea la película no te vas a llevar un tremendo susto ni vas a terminar tapándole los ojos a tus críos. Nada de eso.

Tim Burton es un enfant terrible americano porque con el éxito taiwanés que ha conseguido a través de merchandising y porquerías que todo el mundo usa y nadie conoce (que obviamente hacen referencia a su trabajo, entiéndase Nightmare before Christmas en cuanta mochila darky haya dando vueltas), es un director que ha logrado que hasta Disney le financie una película y que le den sangre de verdad si quiere para filmar la intro.

Entonces no hacía falta que pusiera esa cochinada fluorescente en la presentación de Sweeney Todd, me explico?

Matrimonio real

Matrimonio real

Me enoja mucho. Pero bueno, es un poco de ketchup, nada más… no lo vamos a crucificar por eso.

En general, la película deja bastante que desear. Me es muy difícil ser objetiva estando Johnny Depp de por medio…  (ahora que lo pienso le tengo que dedicar un post alguna vuelta a la escena en que se manosea obscenamente el bulto en «Before Night Falls»… debe ser la cosa más osada que ha hecho en su carrera y los invito a corregirme si encuentran en algún lado alguna película suya rankeada para mayores de 13 años al menos).  Es que creo que Sweeney Todd se trata de un film gélido, poco sentido a decir verdad. Por momentos parece una película por encargue o una pasada de factura de Burton a tantos años de no ser todo lo sangriento y destripador que siempre quiso ser y no pudo.

Una vez más me doy permiso de opinar que Burton se fascino con sus actores, principalmente, y con los hermosos paisajes londinenses al anochecer, bien nublado todo… y ahí se quedó.

Un musical es un musical, está pensado para tener música que funcione, pero faltó un poco más burtonianismo en esa música; aunque Helena y John Christopher han salido bastante entonados, la verdad… para lo que se podía esperar.

Pero, guardándome lo mejor para lo último, creo que la gran cereza de esta torta creo que es el tenor mala-onda y el tenor oscuro, bien oscuro con que se contó esta historia. Y ahí entramos de vuelta en el terreno del enfant terrible. Si bien sabemos que cuando vamos al cine a ver a Burton nos vamos a encontrar con un montón de calaveritas, gusanos, muertos que bailan, actitudes sospechosamente canibales, muertos que cantan, perros que resucitan en una noche de tormenta, enanos, deformes, muertos que lloran, brujerías y un par de cosas más;  yo creo que al final todos nos quedamos tranquilos porque Burton siempre se encarga de aclarar que el monstruo de debajo de la cama realmente existe (chan!) pero no es tan malo… porque también tiene sentimientos.

Me cago en todo

Me cago en todo

Bueno, Sweeney Tood se caga en todo eso. Eso es lo mejor de la película y lo peor también. No se olviden de que somos, finalmente, mamones de la industria estadounidense de cine: nos edudan a ver determinadas películas, de determinada manera, con determinados actores, que hacen determinadas cosas, en un determinado contexto y si algo de eso cambia no nos gusta… no nos gusta nada. Bueno, creo que si bien me quedé con todas las ganas de ver esa ternura infinita de los fantasmas de Burton, que te van a morfar vivo, pero antes de cantan una canción de cuna sobre lo fea y solitaria que es la vida de un fantasma; al final la película es una muestra más de que Tim Burton se la banca.

Y ver que una corporativa del showbiz como lo es el nombre de este director hoy en día, se cague un poco en todo eso que lo hace mooooy rico, está bueno.

Es refrescante.

Trailer Oficial